Existe un país que se ha
mantenido fijo en todas las mediciones internacionales relacionadas con la
educación y no es por cosa del azar, sino porque sus políticos han aunado
criterios y como sociedad han entendido que es un pilar fundamental para surgir
y mantenerse con altos niveles en su calidad de vida. Hoy en día cuando en
nuestro país estamos en periodo de campañas y escuchamos las propuestas de
nuestra clase política y como les gusta
a ellos nos comparamos con otros países, aparece el cuestionamiento de por qué
los nuestros no pueden aunar criterios y velar por el bien común de toda una
sociedad como lo han hecho los Finlandeses. No logro entender por qué los
políticos chilenos no luchan por una cohesión social, el desarrollo de un
Estado del bienestar, una uniformidad económica,
social y cultural, un desarrollo económico basado en sectores de alto valor
añadido, por anular la corrupción institucional, por un fuerte compromiso
social por la educación sin tener en cuenta rivalidades partidistas, por una cultura
del esfuerzo y por una elevada inversión en educación que permita la gratuidad
de la educación hasta la Universidad, tal y como lo han hecho ellos.
Cómo lo hacen los Finlandeses,
esta es su receta y con ingredientes que podemos encontrar en nuestro país:
- Inversión por alumno de $400 mil pesos aproximadamente cada mes. Por lo cual solo un 8% de los alumnos no terminan sus estudios obligatorios, lo que se traduce en una inversión del 6% del PIB.
- Los niños de 4 y 5 años acuden a guarderías y no empiezan el colegio hasta los 7 años, luego durante los primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las asignaturas el mismo maestro, que vela por que ningún alumno quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y su seguridad. Hasta 5º no hay calificaciones numéricas. No se busca fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones.
- La educación gratuita desde preescolar hasta la universidad incluye las clases, el comedor, los libros y hasta el material escolar aunque si alguien lo pierde está obligado a pagarlo. La jornada escolar suele comenzar sobre las 08:30 de la mañana hasta las 15:00 horas, con el paréntesis de almuerzo. En total, suman 608 horas lectivas en primaria, con deberes en casa que no son excesivos.
- Tienen como estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines...). Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada. Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio, existiendo una herencia cultural basada en la responsabilidad que fomenta la disciplina y el esfuerzo.
- De maestros, los mejores, lo que radica en la elevada calificación académica del profesorado, principalmente en educación primaria, consideran que el tesoro de la nación son sus niños y los ponen en manos de los mejores profesionales del país. No es de extrañar que los profesores estén muy bien considerados socialmente, es un honor nacional ser maestro. Y el sueldo de estos bordea los 2 millones, teniendo en cuenta la alta calidad de vida del país, encontrándose entre los salarios más altos dentro de la sociedad, al igual que otros países que presentan excelentes calificaciones educacionales en mediciones internacionales.
De esta forma podemos entender
que los cambios en la educación para nuestro país se manifestaran cuando el
Estado entienda que es necesaria una fuerte inversión en los colegios incluidos
los sueldos de los profesores y el perfeccionamiento de estos, lo que llevará a
contribuir a la mejora de los resultados de nuestros colegios ya sean
municipales y subvencionados, y que estos queden en manos del estado con un
ministerio dirigido por personas que conozcan las realidades sociales y que no
solo manejen la teoría a la perfección, sino que estén inmersos en la práctica educacional
del día a día en las diferentes realidades sociales de nuestro país, es decir,
que sean frecuentes de estar donde las papas queman.